Gerardo la lía en El Viso

El canterano blanquiazul presenció el Málaga B-Vélez y estuvo a punto de llegar a las manos con el preparador axárquico, Adrián Gonzálvez. El entrenador y los presentes garantizan que insultó gravemente al técnico. El Vélez enviará una protesta al club

Un hincha más. El malaguista Gerardo, a la derecha con una camiseta roja, protesta al linier y al árbitro una polémica decisión. Foto La Opinión
Gerardo Carrera, canterano asturiano del Málaga, se convirtió ayer en el triste protagonista del Málaga B-Vélez de Tercera División, disputado al mediodía en El Viso y que finalizó con empate a dos goles. Gerardo, incorporado ya a la disciplina del primer equipo, acudió al choque una vez concluido el entrenamiento celebrado en La Rosaleda, a las órdenes de Juan Ramón López Muñiz.
Llegó acompañado del portugués Eliseu, aunque mientras el luso se situó en un segundo plano, Gerardo actuó como un verdadero hincha, sin dejar de animar a los malaguistas. El problema vino después, cuando en plena segunda parte, el jugador comenzó a insultar "de una manera grave y reiterada" al entrenador del Vélez, Adrián Gonzálvez, según confirmaron a este periódico tanto fuentes malaguistas como axárquicas, además de otras fuentes presentes en El Viso.
Gerardo se acordó en varias ocasiones de la madre del técnico. Y no para bien, precisamente. Éste, al percatarse de que era el futbolista del Málaga y no un aficionado cualquiera, le recriminó su actitud y le advirtió de que no le iba a permitir ese tono a otro profesional. Gerardo respondió con nuevos insultos, "más graves todavía", recalcan estas fuentes.
El preparador del conjunto axárquico, una vez concluido el encuentro con empate a dos goles, perdió los nervios, como él mismo confesó a este diario. "No actué bien y lo admito, pero no puedo tolerar que un niñato que tiene que representar a todo un Málaga se dedique a insultarme. Y menos si van dedicados a mi madre", admitió.
De camino al túnel de vestuarios, Gonzálvez le pidió explicaciones a Gerardo. "Sí, he ido hacia él para decirle que me repitiera a la cara lo que me había dicho en la banda. En mi vida he agredido a nadie y ésta no iba a ser la primera vez, pero lo de este chico no tiene perdón".
Los propios jugadores se encargaron de separar tanto a Gerardo como a Gonzálvez. Hasta tal punto llegó el estado de nervios que los responsables del equipo filial decidieron encerrar al asturiano dentro de una caseta de obras que hace las veces de botiquín en El Viso. En las afueras, un nutrido grupo de aficionados veleños aguardaba el desenlace de tamaño despropósito entonando cánticos y dedicando nuevos insultos a Gerardo. Finalmente, las aguas volvieron a su cauce y no hubo que lamentar ningún otro altercado. El futbolista blanquiazul desmintió que él insultase a nadie. "El entrenador del Vélez vino hacia mí cuando iban hacia el vestuario y no sé por qué", afirmó escuetamente el asturiano, que llegó este año a Málaga y que se ha ganado la confianza de Juan Ramón López Muñiz.
Expulsiones y agresiones. Lo cierto es que el encuentro fue de lo más movido. Y no ya porque hubiera dos expulsiones y los dos tantos del Vélez llegaran de penalti -uno de ellos discutido-, sino porque en el tramo final, el árbitro, Enrique Prados Rodríguez, sacó fuera del área una clara pena máxima del ex malaguista Caracol al local Javi López. El árbitro señaló golpe franco tras consultarlo con el juez de línea.
Es más, en el acta del encuentro, al que tuvo acceso La Opinión, el árbitro refleja que el preparador físico del Vélez CF agredió a ese linier. Un censurable hecho que no fue único y que se repitió, ya que el otro preparador físico, el del Málaga B, se quejó en los vestuarios de que él había sido atacado por un futbolista del Vélez, que había militado en el Málaga B, y que también presenció el encuentro desde la banda, vestido de calle. El Vélez realizará en los próximos días una reclamación formal al Málaga CF por la actitud de Gerardo. Es más, el propio entrenador axárquico tiene en mente telefonear a Juan Ramón Muñiz, entrenador y director deportivo del Málaga. El hijo de Adrián Gonzálvez es el preparador físico del Marbella, donde coincidió con el técnico asturiano durante su etapa como preparador marbellí. Son las historias desagradables del fútbol.
Rafael Molina Guerra
La Opinión de Málaga